Una antigua tradición escrita en el siglo VII cuenta que Santa Bárbara fue martirizada por su propio padre llamado Dióscoro por negarse a creer en los ídolos páganos en que él creía y por no aceptar casarse con algún pagano o no creyente, esto enfureció a Dióscoro, quien permitió que los enemigos de la religión le cortaran la cabeza con una espada. Cuenta además la antigua tradición que cuando Dióscoro bajaba del monte donde habían matado a su hija, le cayó un rayo y lo mató. Se cree que lo último que Santa Bárbara pidió a Dios, fue que bendijera y ayudara a todos los que recordaran su nombre.

El 4 de diciembre de cada año, se realiza la celebración  del Día del Minero y homenaje a la patrona de estos trabajadores, Santa Bárbara,  fecha en que la cuenca carbonífera se viste de fiesta.